Receta Scones, deliciosamente fáciles

Uno de mis errores más monumentales fue no probar los scones cuando viajé a Inglaterra, error por perderme los auténticos servidos con un buen té inglés, error porque podría haber comido decenas de ellos como si no existiese un mañana y quemarlos en las caminatas que como buena turista me pegué, y error por haberlos descubierto ahora, ahora que me he zampado dos bien gordos... y estoy con el portátil sobre mis rodillas en el sofá... ¡¡ERROR!!

Para descubrir recetas decadentemente calóricas y llenas de historia, el blog de Biscayenne no defrauda. Amante de los postres victorianos como este que hoy os muestro, crea en su minúscula cocina todo un mundo de fantasía y regresión al pasado, contado todo con un lenguaje de lo más divertido.

Esta es la receta vergonzosamente sencilla y deliciosa que descubrí en su rincón, tomad buena nota porque en menos de una hora tenéis una merendola riquísima para invitar a los finolis de vuestros amigos a tomar el té, con o sin meñique estirado.

RECETA SCONES
Ingredientes (para unos 16 scones):
500 gr de harina de repostería
1 puñado de harina de maiz opcional
2 cucharadas de levadura Royal
2 cucharadas colmadas de azúcar
1 cucharadita rasa de sal
110 gr de mantequilla sin sal fría cortada a trozos
300 ml de leche entera
Huevo batido para pincelar
Preparación:
En un bol mezclamos todos los ingredientes secos previamente tamizados. Añadimos la mantequilla en trozos y vamos amasando con los dedos hasta conseguir una especie de migas.
Hacemos un hueco en la masa y añadimos la leche, mezclar con la ayuda de un tenedor y terminar de amasar con las manos. No ha de quedar pegajosa, de ser así añadimos más harina hasta que no se nos pegue en las manos.
Precalentamos el horno con calor arriba y abajo a 200 grados
Amasar sobre una superficie enharinada y estirar con ayuda de un rodillo hasta que tenga unos dos centímetros de grosor. 
Cortarmos círculos con un vaso, aro o cortador de unos 4 ó 5 cm de diámetro. Volver a amasar y estirar los recortes, aprovechamos todo.
Colocamos los círculos en nuestra bandeja del horno, sobre un papel parafinado, de hornear, para que no se peguen, y pincelamos su superficie con un poco de huevo batido.
Horneamos durante unos 20 minutos hasta que empiecen a dorarse.

Ideales si cuando aun están calentitos los partimos en dos y rellenamos de mantequilla y una buena mermelada de fresas, por ejemplo. Y para acompañar, sin duda, un buen té.
Repetiréis seguro ^_^

¿Quién se anima, me acompaña y me ayuda a no ponerme como un balón?