Muy sorprendida me he quedado al elaborar esta
receta que encontré en un libro de cocina antiguo y a la que he modificado un
par de detalles, y es que con tan pocos y simples ingredientes se pueda
hacer un bizcocho taaan exquisito…
Sólo lleva dos claras de
huevo y ningún tipo de levadura adicional.
Un bizcocho bien casero,
tradicional, de miga densa, pero suave, corteza riquísima, y fantástico
para acompañar un vaso de leche, café o té en el desayuno o la merienda. Acompañado de fresas ha de estar… ¡De
vicio!
Esta receta la hacían en monasterios y grandes casonas, la cocina en conventos es conocida por su sencillez. Se prepara en cuestión de minutos y todos los que lo han probado, encantados.
Con estas cantidades da para un bizcocho grande, así que ya tenéis desayuno para toda la semana.
BIZCOCHO PASIEGO
- 250 gramos de harina de repostería o leudante.
- 250 gramos de azúcar glass, tamizada.
- 125 gramos de mantequilla sin sal.
- 6 claras de huevo.
Elaboración:
1. Separar las yemas de las claras, sólo utilizaremos las claras.
2. Batir la mantequilla con el azúcar hasta lograr una mezcla cremosa.
3. Se agrega poco a poco la harina, y se continúa batiendo hasta lograr una masa homogenea, quizá quede algún grumito.
4. En otro recipiente, batir las claras de huevo a punto de nieve.
5. Incorporar una pequeña parte a la masa, y batir a baja velocidad, hasta que la masa tome forma y se vuelva una crema. Agregar el resto del merengue y batir suavemente hasta que esté todo incorporado.
6. Precalentar el horno a 160 grados durante 10 minutos.
7. Colocar la mezcla en un molde previamente engrasado, yo uso spray desmoldante.
7. Colocar la mezcla en un molde previamente engrasado, yo uso spray desmoldante.
8. Hornear a la misma temperatura, durante 30 o 40 minutos, hasta que al introducirle un palillo esté salga completamente seco.
9. Desmoldar y dejar enfriar.
¡¡Os va a encantar!! Ya me contaréis...